sábado, 8 de enero de 2011

El saber romano no ocupa lugar


Hasta la pubertad, los romanos son encomendados a una nodriza y a un pedagogo (nutritor, tropheus) que se ocuparán de su educación: los niños comen y beben con ellos, pero en la cena se reúnen con sus padres y los invitados. La educación romana lleva el sello de la rigidez y la severidad desde bien pronto. Todo se dejaba a la iniciativa del pater familias.

Antes de formar parte de la clase política, que les abre la puerta de la madurez, los varones disfrutan de un periodo en el que pueden desarrollar sus propias experiencias, como visitar a una prostituta, participar en un estupro colectivo o frecuentar un barrio de muy mala fama. (La antigua Roma. Cómo vivían los romanos; Roger Hanoune y John Scheid)

La instrucción se impartía en tres estudios: la escuela de primaria, la de gramática y la escuela de retórica. En primaria el maestro (ludi magister) enseña a leer, escribir y contar. Las clases son en la calle, bajo un pórtico o una trastienda. A los 12 años los únicos que continuaban los estudios de gramática eran los varones de familias acomodadas. Las niñas eran consideradas adultas a esa edad (domina) y las casaban. (Historia ilustrada de la antigua Roma; varios autores)

En el tercer estadio, el rethor enseñaba retórica, cuyos primeros profesores eran prófugos de Asia y Egipto. También extendía sus funciones a la dirección espiritual del muchacho. La jornada escolar era de seis horas, los alumnos se sentaban en taburetes y sólo disponían de una tablilla donde apoyarse para escribir. Las horas de recreo estaban más que reglamentadas. Los padres senadores conducían a su hijos a la curia, ante el Foro, para escuchar los grandes problemas del Estado romano.

Castigos a los desobedientes

Los castigos corporales eran frecuentes. El maestro usaba la férula para reprimir al alumnos desaplicado. El aprendizaje era rudo y dejaba traumas duraderos. Después del bachillerato, quienes no ingresaban en la clase política viajaban al extranjero para ampliar estudios, sobre todo a Grecia. (Roma de los Césares; Juan Eslava Galán)

A los romanos no se les educaba en Medicina porque consideraban que no eran los virus lo que provocaba las enfermedades, sino los dioses. Las operaciones de cálculo las hacían con los dedos. I era un dedo levantado, V una mano abierta, X dos manos abiertas y cruzadas. Con estos símbolos, prefijos (IV) y sufijos (VI), (XII), los romanos contaban. (Historia de Roma; Indro Montanelli)

También se educaba sobre las artes amatorias. En la adolescencia se instruía cómo limitar el amor dentro de la relación conyugal. También era conveniente limitar el sexo, no tanto por puritanismo como por higiene. Los médicos deploraban la masturbación, que originaba una madurez demasiado precoz. La adolescencia debía seguir su curso modulada por las etapas de una instrucción rancia y poco capaz de satisfacer las exigencias de los jóvenes.