martes, 29 de diciembre de 2009

Un artista sádico en el trono: Nerón (I)



Tras el infausto precedente de Calígula para la suerte y designios del Imperio Romano, Nerón se convirtió en el emperador más demente e incapaz de la historia (gobernó del 54 al 68). Aunque durante el primer lustro de su mandato no dio esa impresión.

Pero de pronto, el joven Nerón dio cumplidas muestras de su enajenación mental: en el año 59 asesinó a su posesiva madre Agripina, y a partir de ese momento, comenzó a actuar como poeta y músico, conducía carros en el circo y ponía de manifiesto sus dotes exhibicionistas ante el público, algo denigrante para alguien de su posición, según la moral de la época. Cómo no, ganaba todas las carreras por su condición de máxima autoridad del imperio.

Se convirtió en un loco homicida al heredar la crueldad de su padre, quien en unos arrebatos de cólera, asesinó a un liberto que no bebía tanto como él quería, aplastó a un niño y le sacó un ojo a un caballero con el que tenía una diferencia. De casta le viene al galgo. Según los historiadores más detractores con su figura, Nerón hizo mandar asesinar a su hermanastro Británico, su ex mujer Octavia y a Burro, prefecto de su guardia pretoriana.

Aunque la muerte más trágica se la hizo llegar a otra de sus esposas, Popea, a quien le asestó una patada en el estómago estando embarazada. Su escasa clemencia llevó al emperador a ejecutar a los espectadores que no mostraban entusiasmo en las representaciones teatrales de las que tomaba parte. Para mejorar su voz y adaptarla al canto, imitaba el comportamiento de los profesionales: sostenía plomo sobre su pecho mientras dormía y tomaba lavativas y vomitivos para purgar su organismo. (Los Doce Césares; Régis F. Martin)

Su descomunal morada

El tirano se hizo diseñar un palacio que diese al mundo la justa medida de su poder, la Domus Aurea, que vació las arcas imperiales. Según los planos, la nueva morada abarcaba casi un tercio de la superficie total de Roma. Según el historiador Suetonio, estaba rodeado de obras de arte, oro y piedras preciosas, mientras del techo llovían flores y goteaba aceite perfumado.

En su vestíbulo se hizo erigir una estatua colosal de él mismo que llegaba a los 120 pies de altura. La Casa Dorada tuvo también un estanque de agua en su interior rodeado de pequeñas casas, animales domésticos y salvajes de todas las especies. Aunque del proyecto inicial, casi todo él quedó en papel (Historia Universal. Roma; Julio Mangas)

Es, sin embargo, falso que incendiase Roma para ver una ciudad vuelta completamente en llamas. Cuando se inició el fuego (año 64), Nerón se encontraba a 60 km de Roma, y regresó a toda prisa para coordinar los trabajos de extinción y ayuda a los damnificados. No obstante, hizo culpar del desastre a los cristianos, a quienes ordenó que los cosieran dentro de pieles de animales o usarlos como antorchas humanas para iluminar sus jardines. (Muy Especial Roma; invierno de 2004)