lunes, 25 de enero de 2010

El emperador divino y déspota: Domiciano (I)


El emperador Domiciano (gobernó Roma del 81 al 96 después de Cristo) fue célebre por su crueldad y, entre otras extravagancias, por inventar un nuevo método de tortura, que consistía en prender fuego a los genitales de sus víctimas. Antes de acceder al poder, conspiraba continuamente contra su hermano Tito, quien le precedió al frente del imperio (del 79 al 81). Cuando éste cayó enfermo, ordenó que se le diera por muerto antes de que expirara.

Tras su llegada al trono, Domiciano se hizo llamar Señor y dios nuestro y pretendía que los visitantes le besasen los pies. Cortó la cabeza a los cristianos porque rechazaban su divinidad y dio preferencia a los delatores porque creía que le protegían de los enemigos. (Historia de Roma; Indro Montanelli)

Desde la censura más radical, el hijo del también emperador Vespasiano dirigió una sistemática persecución contra los cómicos e intentó regular las costumbres al condenar a vestales acusadas de incesto y a otros de estupro, mientras él mismo repudiaba a su mujer y mantenía relaciones con su sobrina Julia (Historia Universal. Edad Antigua. Roma; Julio Mangas)

Joven y prostituto

En su obra Historia y vida de los Césares, Suetonio insinúa que Domiciano, durante su juventud, se prostituyó con Nerva, quien le sucedería en el año 96. En el transcurso de unos espectáculos, a un padre de familia que rebatió un comentario suyo hizo que lo echaran a los perros, en la arena. Domiciano mandó matar a muchos senadores y familiares por los motivos más nimios.

Cuando su tiempo libre se lo permitía, el emperador tenía la costumbre de aislarse unas cuantas horas al día para cazar moscas y ensartarlas en un punzón. Domiciano se avergonzaba de su calvicie y exigió que los artistas oficiales lo representaran, bajo pena de muerte, con una melena leonina. Sobre su escaso cabello exclamó: “Nada hay tan hermoso ni que dure tan poco”. Tenía un león como mascota, al igual que Caracalla, otro emperador. (Anécdotas de la antigua Roma; varios autores)

Al hermano y sucesor de Tito le encantaba depilar por completo a las mujeres con las que se acostaba. Cuando una cautiva cristiana lo rechazó como amante, ordenó que la ejecutaran tras haberle amputado los genitales y lo senos, que guardó como recuerdo. Domiciano gobernó el imperio de forma despótica durante 15 años. Una conjura palaciega acabó con su vida.